Los bosques sanos y diversos secuestran carbono y ayudan a mitigar el cambio climático. Eso ya lo sabemos. Pero los árboles son algo más que un cálculo de carbono. A diferencia de las soluciones artificiales, crean hábitats para la vida salvaje, estabilizan el suelo, crean oportunidades de subsistencia y mucho más. Son estos beneficios -los que van más allá del carbono- los que justifican las soluciones basadas en la naturaleza. ¿Y quién mejor para hablar de ellos que los administradores de tierras con los que colaboramos?
Para ello, entrevistamos recientemente a cuatro pequeños agricultores que participan en el Programa de Carbono CommuniTree en Nicaragua. Les preguntamos qué beneficios tangibles ha aportado la restauración de la naturaleza a sus tierras, su vida y su familia. Lo que nos contaron nos recuerda que los bosques no son sólo un sumidero de carbono, sino que desempeñan funciones ecológicas y económicas clave de las que dependen muchas cosas.
Temperaturas más frescas y sombra
A menudo se habla de la capacidad de los árboles para almacenar gases de efecto invernadero y hacer frente al calentamiento global a escala planetaria. Sin embargo, los árboles también enfrían las temperaturas del aire y de la superficie terrestre a escala local, en parte por la sombra que proporcionan sus copas y en parte por un proceso llamado transpiración. La transpiración consiste en que las plantas liberan vapor de agua de sus hojas a la atmósfera.

Florentina Palma ha experimentado este efecto de enfriamiento de primera mano. Cuando era niña, había un gran bosque alrededor de su casa. Ese bosque se perdió, haciendo un calor insoportable. Entonces se unió a CommuniTree. Hoy, los árboles que plantó en 2012 le dan sombra. «Puedo sentir el cambio en mí, en mi tierra y en mi casa, que ahora es muy fresca», dice. «Mantiene el suelo y la tierra húmedos. Mis vacas se sientan al frescor de los árboles».
«Plantar árboles es muy, muy bueno, porque así se siente mucho menos la temperatura».
Florentina Palma
Reposición de los recursos hídricos
La transpiración contribuye a la formación de nubes, que a su vez generan lluvia. Los árboles interceptan la lluvia y evitan que el suelo se lave. Esto repone los recursos hídricos y estabiliza el suelo, como puede atestiguar Ernesto Cedeño Mendoza. Se unió a CommuniTree en 2013. Desde entonces, ha notado una notable diferencia tanto en su suministro de agua como en su tierra.
«Tengo un pozo, a unos 30 metros de la casa», dice. «Antes ese pozo siempre estaba seco. No sólo se secaba la tierra, sino que no podíamos criar ganado ni nada». Ernesto explica que el cultivo de árboles ha cambiado esta situación. «¡Ahora hay agua abundante en el pozo! Eso es gracias al proyecto de reforestación, a los árboles». Ha instalado una manguera y una bomba manual, y utiliza el agua del pozo para sus plantas, sus animales y otras tareas domésticas.

Ernesto también ha notado una mejora en su suelo. «Antes, la lluvia arrasaba nuestras tierras. Ahora nuestra tierra está mucho mejor. El proyecto nos ha ayudado a reparar la tierra. Antes era estéril aquí, y ahora con los árboles, el suelo se ha recuperado». Florencio de Jesús Pérez Matutes, un agricultor de 79 años de San Juan de Limay, cuenta una historia similar. Durante una visita a su granja, Florencio señala un arroyo. «Antes se secaba en verano», dice. «Ahora hay un tramo de unos 200 metros que no se seca».
«Antes llovía muy poco. Ahora llueve lo suficiente para que el pozo no se seque».
Ernesto Cedeño Mendoza
Mejora de la biodiversidad
Sin embargo, no se trata simplemente de plantar árboles. Las plantaciones de monocultivos, por ejemplo, pueden impedir la restauración de la naturaleza. Por eso, los diseños de plantación de CommuniTree incluyen diversas especies autóctonas del lugar. Los árboles autóctonos tienen más posibilidades de sobrevivir porque están adaptados al entorno. Además, fomentan la biodiversidad y proporcionan alimento y refugio a la fauna local.
Narciso Valdivia Lanuza reconoce esto sobre su propio bosque. Fue plantado hace 11 años y, como todas las parcelas de CommuniTree, permite la regeneración natural. «Ahora que tenemos reforestación, hemos identificado más animales, más pájaros», dice. «Pasear por este bosque me hace sentir muy orgulloso. Me hace muy feliz. Quiero venir aquí siempre, porque ya no es lo mismo pasear por aquí que antes».

Tras haber raleado recientemente su parcela, Narciso también ha experimentado los beneficios para la subsistencia asociados a las cadenas de valor forestales. Hablando de los ingresos que ha recibido, dice: «me da esperanza para nosotros los agricultores que no tenemos un sueldo. Este proyecto es una forma de proporcionarnos beneficios reales».
«He notado que ahora vienen animales que antes casi no venían».
Narciso Valdivia Lanuza
Beneficios para los medios de vida
Como alude Narciso, el cultivo de árboles puede proporcionar a los administradores de la tierra beneficios a corto, medio y largo plazo para su sustento. Florencio de Jesús Pérez Matutes explica que cuando se unió a CommuniTree en 2012, empezó a recibir «contribuciones», conocidas como pagos por servicios ecosistémicos. Estos pagos le ayudaron a mantener su bosque. A medida que sus árboles crecían, podía extraer madera para utilizarla como postes para cercas en su granja. Su bosque también le proporcionó madera para construir su casa. «Todo esto ha sido un beneficio», explica Florencio. «No he tenido que meter la mano en la cartera para ir a comprar esa madera».

El cultivo de árboles también ha proporcionado a Florencio una fuente adicional de ingresos. «Antes, sólo tenía ingresos de los frijoles que plantaba; sembraba maíz y algunas otras cositas», dice. «Ahora, la reforestación ha venido a complementar los ingresos de mi familia». Explica que su familia ya no tiene dificultades para comprar alimentos, como antes. «Esto ha tenido un gran impacto en la familia, porque solucionó un problema que antes no podía resolver», dice.
«Con este proyecto, con este bosque, he tenido muchos beneficios. Es un ingreso extra que antes no tenía».
Florencio de Jesus Perez Matutes
Cultivar bosques para obtener beneficios duraderos
Se habló de un último beneficio: el del legado. Lo que ocurre con el cultivo de árboles es que estos beneficios tangibles no sólo se experimentan ahora; también perdurarán para las generaciones futuras. Mientras se restauren los ecosistemas del mundo, se recuperará la biodiversidad, se repondrán los acuíferos y se mejorarán los medios de vida. Como dice Florencio: «Tengo hijos, tengo nietos, y incluso si yo no me beneficie, ellos sí se beneficiarán».
Ahí está el quid de las soluciones basadas en la naturaleza. No se trata sólo de plantar árboles con el único propósito de secuestrar carbono. Se trata de crear impactos reales que beneficien a la naturaleza, a los administradores locales de la tierra y, por extensión, a la población mundial. Cuando los bosques se restauran con cuidado, estos impactos se mantienen en el tiempo: todo ello en beneficio de todos.