En Taking Root creemos que la mejor oportunidad para restaurar los bosques del mundo reside en los 500 millones de agricultores familiares de todo el planeta. Los gestores de tierras a pequeña escala tienen el potencial de desempeñar un papel central en la mitigación del cambio climático incorporando actividades de reforestación a sus actuales actividades de uso de la tierra. La financiación del carbono podría ayudar a desbloquear estas actividades, pero la elaboración de informes es un ejercicio complejo.
Uno de los retos a la hora de informar sobre las emisiones de carbono de los pequeños propietarios es determinar las parcelas que se van a reforestar. Aunque en teoría parece sencillo, la cartografía de las parcelas de los pequeños agricultores plantea numerosos problemas. Por ejemplo, ¿cómo cartografiar miles de parcelas en zonas remotas con escasa o nula conectividad? ¿Qué ocurre si un río atraviesa la parcela que se está reforestando? Y en ausencia de límites obvios, ¿cómo asegurarse de no incluir accidentalmente un bosque vecino?
Aquí explicamos qué significa cartografiar una parcela, por qué la precisión es clave y cómo el enfoque de Taking Root aporta rigor a la cartografía de los proyectos de eliminación de carbono de los pequeños agricultores.

¿Qué significa cartografiar una parcela y por qué es importante?
En primer lugar, aclaremos qué se entiende por «parcela» y «cartografía de parcelas».
Una parcela es una superficie de terreno destinada a la reforestación. Un agricultor puede inscribir una o varias parcelas en un programa de reforestación, sin dejar de utilizar el resto de sus tierras para las prácticas agrícolas existentes. Trazar una parcela significa trazar el perímetro del terreno que se va a reforestar. De este modo se delimita exactamente dónde se plantarán los árboles.
La cartografía de las parcelas es fundamental para un proyecto de eliminación de carbono porque permite calcular el impacto de la intervención en el carbono. A lo largo de los meses y años siguientes, el progreso de la parcela puede evaluarse en función de los parámetros observados inicialmente. Esto verifica que la intervención está creando impactos que de otro modo no se habrían logrado. En el mundo de la eliminación del carbono forestal, esto se conoce como «adicionalidad».
Para evaluar el progreso de la parcela, los técnicos vuelven a ella a intervalos regulares para registrar datos como la altura de los árboles y el diámetro a la altura del pecho. El mapa de la parcela es fundamental para este ejercicio, ya que garantiza que los técnicos sepan qué árboles están dentro y fuera del ámbito de aplicación, evitando así que se supervisen los árboles equivocados.
Consideraciones a la hora de cartografiar proyectos de carbono de pequeños agricultores
El mapa de parcelas es, por tanto, el punto de partida del que parte todo lo demás. Por ello, es fundamental que las parcelas estén cartografiadas con precisión. Una cartografía inexacta puede distorsionar los datos y generar un número incorrecto de créditos de carbono por los árboles cultivados.
Cartografiar las parcelas con precisión puede parecer sencillo, pero plantea más dificultades de las que cabría esperar. Por un lado, las parcelas suelen estar situadas en zonas remotas. Cuando se cartografían con un dispositivo GPS, la señal GPS puede «rebotar» o alejarse repentinamente de su ubicación anterior. Normalmente, esto se debe a una pérdida de señal del satélite, y puede desviar las actividades cartográficas. También puede haber problemas operativos sobre el terreno, ya que los técnicos pueden encontrarse con obstáculos como una casa o un río mientras cartografían. Estos obstáculos deben excluirse de las actividades cartográficas para garantizar la precisión.
Una plataforma tecnológica diseñada para proyectos de carbono de pequeños agricultores
Estas consideraciones hacen que la cartografía de parcelas en proyectos de carbono de pequeños agricultores sea especialmente difícil. En Taking Root hemos creado una plataforma tecnológica a partir de nuestras propias necesidades, diseñada específicamente para proyectos de pequeños agricultores. Nuestra plataforma tiene dos componentes principales: una aplicación móvil y una aplicación web.
La aplicación móvil se utiliza para actividades sobre el terreno como la cartografía de parcelas y el seguimiento del crecimiento de los árboles. Los datos recogidos a través de la aplicación móvil se integran con nuestra aplicación web para cuantificar el carbono y medir el rendimiento de las parcelas. Esto facilita la notificación de eliminaciones de carbono trazables y transparentes según un estándar de carbono. Existen varios estándares de carbono, pero la tecnología de Taking Root se basa en metodologías científicas aprobadas por Plan Vivo.

Cómo la plataforma tecnológica de Taking Root mejora la eficacia y el rigor
Cuando se trata de cartografiar, nuestro método consiste en recorrer el perímetro de una parcela con la aplicación Taking Root abierta en un teléfono celular. La decisión de utilizar teléfonos celulares fue intencionada, ya que son más accesibles que los equipos GPS especializados. La aplicación deja caer automáticamente un pin cada dos segundos, dejando un «rastro» para que los usuarios puedan ver lo que han rastreado. A partir de las coordenadas GPS, la aplicación crea un polígono que representa el límite de la parcela. Crear polígonos de este modo es más eficaz que otros métodos, como por ejemplo que el usuario añada manualmente puntos de GPS para crear el polígono. También es más preciso, ya que refleja mejor la realidad de la parcela, lo que a su vez la hace más equitativa para los agricultores cuyos acuerdos están vinculados al número de hectáreas restauradas.
Para fomentar la precisión, los algoritmos integrados en la plataforma tecnológica de Taking Root rectifican los errores de GPS que se producen al cartografiar las parcelas. Nuestro procedimiento operativo estándar indica a los técnicos qué deben hacer si se encuentran con un obstáculo, como un río, para poder sortearlo con seguridad, sin poner en peligro la integridad de los datos. Una vez que un técnico termina de cartografiar, también puede ver el polígono inmediatamente, lo que significa que puede volver a trazar la parcela si observa discrepancias.

Una vez cartografiado el perímetro de una parcela y asignada su unidad de manejo (es decir, el tipo de diseño forestal utilizado), la unidad de manejo y la superficie del polígono permiten prever el carbono que se secuestrará basándose en los modelos de carbono del proyecto establecidos en su Documento de Diseño del Proyecto. En conjunto, esto hace que el proceso de cartografiado de parcelas y cuantificación del carbono sea increíblemente eficiente. Y lo que es más importante, su uso requiere una formación mínima, lo que permite que la cartografía de parcelas pueda ser realizada por una amplia gama de usuarios, incluidos aquellos que no tienen experiencia previa en silvicultura.
Cuando las actividades cartográficas se cargan en la plataforma tecnológica de Taking Root, se desencadena un ciclo de procesamiento, elaboración de informes y revisión. Una parte se realiza mediante tecnología y otra mediante procesos humanos. Se comprueban diversos parámetros, como el solapamiento de parcelas. Esta capa añadida de rigor se incorpora a nuestro enfoque para garantizar la precisión y evitar errores como el doble recuento. Cuando se detectan pequeños errores, pueden corregirse directamente en la base de datos. En caso contrario, la parcela se somete a una inspección visual y, si es necesario, se vuelve a cartografiar.
Creación de eliminaciones sólidas de carbono forestal
El resultado es un polígono que representa la superficie de terreno que se va a reforestar. Esto sienta las bases del éxito, garantizando la precisión a la hora de calcular la emisión de carbono de la parcela. Además, este resultado se consigue con una formación o un esfuerzo mínimos por parte de los ejecutores del proyecto sobre el terreno.
Cartografiar una parcela es sólo un paso en el manejo de un proyecto de reforestación de pequeños agricultores. Pero es fundamental. A lo largo de los años, hemos aprendido los retos que plantea la cartografía de proyectos a escala y hemos recurrido a la tecnología para superarlos. En última instancia, aunque cartografiar las parcelas de los pequeños agricultores para la reforestación puede ser un proceso complejo y difícil, es crucial hacerlo bien si queremos restaurar los bosques con eficacia.